El falso asalto a tres comunicadores cuando realizaban un programa en vivo, que realmente fue una estrategia de marketing para promocionar una película, ha generado un gran revuelo en el país, en especial entre los profesionales de la prensa, y también el rechazo de las autoridades, así como las excusas de El Nuevo Diario.
Durante mucho tiempo circuló en las redes sociales el vídeo en el que se veía como tres comunicadores eran asaltados por una persona con una máscara en el parque Cristo Park de la capital que, a punta de pistola, les despojaba de sus carteras y sus celulares, según captaban las cámaras del programa El Nuevo Diario en la tarde.
Cuando posteriormente se informó de que se trataba de un «experimento social» y de la promoción de la película Asalto en progreso las reacciones no se hicieron esperar.
Según el Ministerio de Interior y Policía, «el ‘experimento social’, (…) mantenido el tiempo suficiente para hacerlo viral en todas las redes sociales, constituye una evidente transgresión a las limitaciones impuestas por las leyes al sagrado y noble ejercicio de informar a la población».
«La libertad de expresión y de información es un derecho fundamental consagrado en nuestra normativa jurídica, pero, como todo derecho, no tiene carácter absoluto», sino que «es limitada con el objetivo de ‘proteger el derecho al honor, a la reputación, a la intimidad, a la dignidad y moral de las personas, la seguridad nacional, el orden público, la salud o la moral pública», destaca el comunicado de Interior.
El ministerio hace hincapié en que «no hay libertad sin responsabilidad», manifiesta su «complejo rechazo al manejo del lamentable ‘experimento social'» y considera que «dichas acciones perjudican gravemente la imagen de Cristo Rey, del país y, además, generan intranquilidad a la población dominicana», por lo que insta a «realizar la investigación de lugar».
En el editorial de El Nuevo Diario, Persio Maldonado, presidente de la Sociedad de Diarios Dominicanos, se excusa por lo ocurrido en la portada de este martes: «Sin duda, ha sido una situación delicada de imagen y de seguridad, por lo que deseamos expresar nuestras disculpas. Y, sobre todo, comprometernos a que no volverá a ocurrir».
En páginas interiores el rotativo abunda en el tema y lamenta un hecho que «contraviene la política informativa y editorial de El Nuevo Diario, la que siempre ha estado apegada a la verdad», al tiempo que extiende las disculpas «a la población en sentido general, a las autoridades nacionales, al Ministerio Público y a la Policía Nacional«.
EFE